Llamad [a vuestros hijos adoptivos] por el apellido de sus padres [biológicos], porque eso es lo más justo ante Dios; pero si no conocéis a sus padres, mejor decid que ellos son vuestros hermanos en la religión y vuestros protegidos. No será considerado un pecado si lo hubierais hecho por error1, pero sí será un pecado en caso de que lo hicierais intencionadamente. Dios es Perdonador, Misericordioso.