Cuando decreté para él que muriera[1], no les advirtió de su muerte sino un insecto de la tierra[2] que carcomió su bastón, y cuando [Salomón] se cayó, se hizo evidente [para la gente] que si los yinn hubieran tenido conocimiento de lo oculto[3], no habrían permanecido en el castigo humillante [de seguir trabajando]. 1