Si tus padres se esfuerzan por hacer que caigas en la idolatría de dedicar actos de adoración a otro que Dios, lo cual es algo que no te he enseñado, no los obedezcas[1] pero trátalos con amor y respeto. Sigue el camino de los piadosos, pues ante Mí comparecerán y les informaré de lo que hacían. 1