[¡Oh, Mujámmad!] Los beduinos que no participaron [del viaje a La Meca y del pacto de Hudaibiiah] dirán: “Nos mantuvieron ocupados nuestros bienes materiales y nuestras familias, pídele a Dios que nos perdone”[1]. Pero solo dicen con sus lenguas lo que no sienten sus corazones[2]. Diles: “Si Dios quisiera perjudicarlos o beneficiarlos, nadie podría impedirlo. Dios sabe lo que hacen”. 1