¡Oh, creyentes! Evitad sospechar demasiado [de la actitud de los demás] pues algunas sospechas son un pecado. Y no os espiéis, ni habléis mal del ausente, porque es tan repulsivo como comer la carne muerta de vuestro hermano. ¿Acaso alguien desearía hacerlo? Por supuesto que les repugnaría. Tened temor de Dios, porque Dios es Indulgente, Misericordioso.