Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: “¡Oh, hijos de Israel! Yo soy el Mensajero que Dios les ha enviado para corroborar la Torá y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmad”[1]. Pero cuando les mostró los milagros, dijeron [con incredulidad manifiesta]: “¡Esto es pura hechicería!” 1