Por esto [¡Oh, Muhámmad!], invita [a aceptar el Islam] y obra rectamente como te fue ordenado, no sigas sus deseos1 y diles: “Creo en los Libros que Dios reveló [en su forma original], y me fue ordenado establecer justicia entre vosotros. Dios es nuestro Señor y también el vuestro, nosotros seremos juzgados por nuestras obras y vosotros por las vuestras. No hay necesidad de disputas entre nosotros y vosotros2. Dios nos reunirá a todos cuando regresemos a Él para ser juzgados”.