٢١

¡Oh, creyentes! No sigáis los pasos del demonio, porque quien siga los pasos del demonio debe saber que él induce a cometer obscenidades actos reprobables. Si no fuera por la gracia y la misericordia de Dios, ninguno de vosotros podría purificarse jamás [de sus pecados], pero Dios purifica a quien quiere [perdonándole sus pecados]. Dios todo lo oye, todo lo sabe.
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