los habitantes de Madián, y también fue desmentido Moisés. Les concedí un plazo a los que se negaban a creer, pero luego los sorprendí. ¡Qué terrible fue Mi castigo!
¿Acaso [los que se niegan a creer] no viajan por el mundo, y no tienen intelecto1 para reflexionar, ni oídos2? No son sus ojos los que están ciegos, sino los corazones que están dentro de sus pechos [los que están ciegos].