٨٤

Y [recordad] cuando celebré un pacto con vosotros: “No derramaréis vuestra sangre1 ni os expulsaréis de vuestros hogares”, lo aceptasteis y fuisteis testigos de ello.
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Pero fuisteis vosotros mismos quienes matasteis y expulsasteis a algunos de los vuestros de sus hogares, haciendo causa común contra ellos con pecado y violación de la ley. Si alguno de ellos caía cautivo, pagabais el rescate por él, pero el haberlos expulsado era ya ilícito. ¿Acaso creéis en una parte del libro y descreéis de otra? ¿Cuál es la consecuencia de quienes obran así sino la humillación en la vida mundanal y el castigo más severo el Día de la Resurrección? [Sabed que] Dios no está desatento de cuanto hacen.
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