Estos judíos dijeron: “La mano de Dios está cerrada”1. Son sus manos las que se han cerrado, y han caído en la maldición de Dios por su blasfemia. Por el contrario, Sus dos manos están extendidas y dispensa [generosamente] según Su voluntad. Lo que te ha sido revelado por tu Señor acrecentará en muchos de ellos la arrogancia y la negación de la verdad. He previsto entre ellos la enemistad y el odio hasta el Día de la Resurrección. Siempre que enciendan el fuego de la guerra [contra vosotros], Dios lo apagará. Se esfuerzan por sembrar la corrupción en la Tierra, pero Dios no ama a los que siembran la corrupción.