Dios hará realidad la visión que tuvo Su Mensajero [en sueños] y ustedes entrarán en la Mezquita Sagrada, si Dios quiere, algunos con las cabezas rasuradas y otros con el cabello recortado[1], sin temer absolutamente nada. Dios sabe lo que ustedes ignoran[2]. Él les concederá, además, una victoria cercana[3]. 1