No os caséis con [mujeres] idólatras a menos que ellas crean [en el monoteísmo], ya que una sierva [de Dios]1 creyente es mejor que una idólatra, aunque ésta os atraiga más; y no caséis a los idólatras con las mujeres a vuestro cargo hasta que ellos crean [en el monoteísmo], un siervo [de Dios] creyente es mejor que un idólatra, aunque este les parezca mejor partido. Ellos [los idólatras] invitan al Infierno [a través de la idolatría], mientras que Dios os promete el Paraíso, con Su consentimiento y el perdón, pero aclara Sus preceptos a la gente para que recapacite.