A cada uno [de ellos] los aniquilé según sus pecados. A unos les envié un viento huracanado[1], a otros los sorprendió un estrépito[2], a otros hice que se los tragara la tierra[3], y a otros hice que se ahogaran[4]. Dios no fue injusto con ellos, sino que ellos lo fueron consigo mismos. 1